Lo
complicado es la primera frase, tratar de detener los recuerdos que se deslizan
al subsuelo; lo imposible es dormir sobre la hojarasca, contar los minutos,
hacer los prepara
tivos para el viaje.
De
pronto se abrieron los muros y dejaron salir sus cuervos, sus presagios.
Petrificada mire el dintel de la puerta. Ahora ella está aquí, surgió de pronto
y no pude detenerla. Camina por las calles de la antigua Alejandría recitando
versos de Kavafis, busca la tarde en que volaron sus poemas en el rojo del
cielo. Rompe mis promesas y me llena los ojos de sal. Todo es mentira ̶ dice, al tiempo que se traga mi sonrisa.
Todo es mentira ̶ repite, y desgaja tu
recuerdo.
Está
aquí, arrastra su viejo pelaje, no le quedan sino una acera agrietada para
hundir sus pasos. Mientras, la miro desde mi escondite tomar el mando. La magia
no alcanzó para evitarlo.
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