La mujer Sarasvati es un mujer contraria a lo convencional, una mujer que tiene sus propias reglas, una mujer que, en muchas ocasiones, considera el matrimonio una prisión ( a no ser que su compañero tenga energía Saraswati también) en virtud de su inmenso mundo interior, su pasión, su creatividad y su interés intelectual. Muy significativa al respecto es la leyenda que cuenta que Brahma empezó a sentirse muy distanciado porque Saraswti se negaba a cumplir con sus funciones de esposa tradicional, no le dedicaba tiempo y estaba siempre sumergida en la riqueza de sus dones, su creatividad, su espiritualidad, siempre estudiando, creando y meditando.
martes, 13 de junio de 2017
martes, 6 de junio de 2017
Dormí y soñé
Te cuento que miraba el cielo cuando me llamó mi padre desde
su palacio blanco –Ya es hora. –dijo. Y me quité la ropa, me quité la piel y convertida
en niebla subí la escalinata de piedra. Quise dormir entre sus manos y sólo
puede acurrucarme junto a sus versos. Dormí y soñé que tecleaba un poema en la
vieja Olivetti roja, mientras la tarea escolar esperaba su turno; que iba en
una procesión de sombras, que cantaban plegarias; que bebía agua de plata de un
estanque de piedra; que llegaba a una ciudad desconocido donde el viento decía
mi nombre; que tenía una hija color Vishnú, que se iba a vagar por el mundo y
que de pronto te encontraba… –Ya es hora. –dijo. Y abrí los ojos, mire las montañas que rodean
el valle. Tomé el cuchillo de obsidiana que me heredaron los abuelos y sólo
brotaron palabras.
martes, 23 de mayo de 2017
La primera frase
Lo
complicado es la primera frase, tratar de detener los recuerdos que se deslizan
al subsuelo; lo imposible es dormir sobre la hojarasca, contar los minutos,
hacer los prepara
tivos para el viaje.
De
pronto se abrieron los muros y dejaron salir sus cuervos, sus presagios.
Petrificada mire el dintel de la puerta. Ahora ella está aquí, surgió de pronto
y no pude detenerla. Camina por las calles de la antigua Alejandría recitando
versos de Kavafis, busca la tarde en que volaron sus poemas en el rojo del
cielo. Rompe mis promesas y me llena los ojos de sal. Todo es mentira ̶ dice, al tiempo que se traga mi sonrisa.
Todo es mentira ̶ repite, y desgaja tu
recuerdo.
Está
aquí, arrastra su viejo pelaje, no le quedan sino una acera agrietada para
hundir sus pasos. Mientras, la miro desde mi escondite tomar el mando. La magia
no alcanzó para evitarlo.
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